Se me caen los parpados de suenno, asi que no espereis mucho de este post escrito con teclado arabe-occidental. Los ultimos tres dias hemos estado fuera de este mundo, en un lugar que a algunos les recuerda los cuadros de Dali y a otros las imagenes de Marte del tipo Desafio total o las de la Tierra tras el holocausto nuclear de Mad Max. A mi el Desierto Occidental me ha transmitido la calma de un paisaje irreal y a la vez extremadamente bello, en el cual la unica vida posible es la que se desborda en oasis como el de Bahariyya.
Pasamos en el desierto dos noches acompannados de nuestro fiel guia Wahed. En principio ibamos solos con el, pero al final se junto su tio, su hermano, y otros dos clientes, un egipcio muy majete llamado Sami y su amiga libanesa Danielle. Aunque estaban ya un poco talluditos, al menos un poco mas que nosotros, su compannia fue una bendicion, pues la conversacion de Wahed estaba un poco limitada por su ingles, y a Elena parece que yo ya la tenia frita a dinastias. Asi que en el mismo viaje pudimos contrastar la vision del mundo de los beduinos musulmanes, que son capaces de aguantar su ayuno de agua, comida, tabaco... durante todo el dia del desierto, y la de los musulmanes occidentalizados y mucho mas laxos en su practica. Ademas nuestros nuevos amigos llevaban todo lo imaginable en su Land Rover ultimo modelo, y nos obsequiaron con manjares de todas las latitudes: whisky y vodka con hielos en la torrida noche, queso de cabra libanes, vino blanco del mismo pais, embutidos patrios (espannoles), heineken, una especia que se volvia magica en combinacion con aceite de oliva griego, queso y pan egipcio en los desayunos. Y junto a ello la comida sencilla pero excepcional que nos preparaban nuestros guias mientras descansabamos del duro oficio del oteador. Por supuesto todo ello culminaba siempre con el dulzor del te con hierbabuena.
En aquellos lugares en los que nos deteniamos a comer o dormir tuvimos conversaciones de todo tipo con nuestros acompannantes. El era un jefazo de un banco egipcio (a sus 37 annitos) y ella una directora de publicidad que, casualidades de la vida, habia rodado un spot en nuestra estacion de Atocha madrilenna. Por supuesto repasamos la actualidad egipcia, los planes de sucesion del octogenario Mubarak, las disparidades economicas del pais, la gastronomia local y los mejores lugares de buceo. Pero tambien nos dejamos llevar por recorridos mas misticos (como son estos orientales..), y tratamos de alcanzar algun acuerdo en cuanto a la situacion en el oriente proximo y medio. Al final no nos cogieron el telefono ni Bush ni Ahmadineyad, pero nuestros planes tenian sentido, o eso parecia a 1000 km de todo y bajo las estrellas infinitas.
En este punto y como me pongo mas lirico de lo debido opto por el clasico corto y cambio. Si alguien sigue fiel a pesar de nuestra ausencia obligada que nos deje algun comentario de esos que tanto nos encanta leer.
PD.Si me detengo tanto en los manjares y las personas es porque los lugares que hemos recorrido merecen palabras que les sean fieles, y tras un dia tan fatigoso como hoy no las encuentro. Las fotos que iremos colgando os serviran de prueba.
Pablo



1 comentario:
joe Pablo que bien escribes... parece que me estubiera leyendo ''El Medico''. que envidia dais!!! disfrutad
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