Este post va dedicado a los incondicionales que aun entrais buscando noticias nuestras. Sereis tres o dos, pero vuestra entrega lo merece. Debeis saber que ya estamos tostados cual cangrejillos de Siracusa, conocidos en toda la isla por su colorado caparazon. Pero eso no quiere decir que haga el calor infernal del que tantos agoreros nos habian prevenido. Nuestro moreno es tan solo la prueba de que hemos visitado y enumerado todas la piedras de esta isla rocosa, sean estas piedras griegas o romanas, en pie o en el suelo. Nada ha impedido que, como buscadores de ruinas que somos, nos hayamos pasado horas bajo este sol africano, aunque, eso si, ayudados por una brisa del norte casi constante.
El caso es que ademas de bien comer, que merece un post algo mas detenido, hemos recorrido playas, pueblos y montanyas dispares. Para no dejar indiferente a nadie, en esta tierra se dan cita los lugares mas evocadores y hermosos con el feismo mas intenso de algunas ciudades, iglesias barrocas con edificios de un gris monotono a medio levantar y dispuestos sin orden ni concierto.
Este post se acaba con el inicio de sonidos cavernosos hacia mi ombligo. Lo siento por ese lector solitario que ha llegado hasta este punto, pero no se debe hacer esperar a los cocineros sicilianos, que como es sabido se retiran temprano.
Abrazos,
Pablo
No hay comentarios:
Publicar un comentario